Generos musicales 2 - Edad Media I

En la publicación anterior de este tema, llegamos hasta el imperio Romano, mencionando simplemente que este se dedicó más a transformar lo ya existente que a crear estilos y expresiones nuevas en este campo. Aunque, para ser honestos, no es la música el único campo en donde se "apropiaron" creativamente de lo pasado.


A Zeus lo nombraron Jupiter, su esposa Hera ahora era Juno. Atenea, la diosa de la sabiduría pasó a llamarse Minerva y Artemisa, diosa de la caza se re bautizó Diana. Dionisio, dios del vino pasó a llamarse Baco. Ares, dios de la guerra, comenzó a ser nombrado como Marte. Afrodita, la diosa del amor ahora era Venus y Poseidón, señor de las aguas, Neptuno. Curiosamente, Apolo, dios de la curación, la poesía y la música, siguió llamándose de la misma forma. 

Esta tan poderosa civilización llega a su apogeo con el emperador Trajano, entre los años 98 y 117 de la era cristiana, pero bastaron un poco más de trescientos años para que este impero se "cristianice", divida y finalmente caiga marcando el inicio de lo que solemos llamar "Edad Media"

No se puede realmente llegar a comprender los géneros musicales de esta etapa sin tener en cuenta dos aspectos esenciales de la realidad de aquel tiempo: por una parte, el peso que tenía la iglesia en la construcción de la realidad; y por otra, la necesidad que tenía esta iglesia de propagar el mensaje evangélico por todos los canales a su alcance, entre los cuales se encontraba la música, como servidora supuestamente fiel a la palabra divina. Fue el papa Gregorio el Magno (590-604) quien impulsó la recopilación y sintetización de los elementos cantados de la liturgia, y esta herencia ha ido fecundando a través de los siglos gran parte del patrimonio musical europeo hasta nuestros días.

Un relevante problema de la música medieval son las fuentes. No existe un primer esbozo de una verdadera notación hasta el siglo IX. Por lo tanto, durante siglos se seguirá intentando descifrar de forma aleatoria, sin pauta estricta, manuscritos en muy mala conservación. Recordemos también que hasta el Renacimiento, predominaba la transmisión oral de la música.

En la Monodia, un número variable de intérpretes sigue el principio de emitir una sola nota a la vez. De ella deriva toda la música y todas las formas de aprendizaje. La génesis de la música occidental comienza con un milenio entero dedicado a este recurso melódico.


Los Modos

El modo, en su acepción más simple, es la organización jerárquica de todas las notas empleadas en el canto. En el siglo VI, se fijaron en ocho los modos gregorianos, o sea un total de cuatro escalas basadas respectivamente sobre los grados re (protus), mi (deuterus), fa (tritus), sol (tetrardius). Cada uno de ellos es susceptible de ser colocado en dos distribuciones llamadas el modo "auténtico" (del griego authentés (dominante) y "Plagal" (Plagios, oblicuo).
Por muy compleja que parezca esta realidad, hay que tenerla en cuenta para nuestra percepción de la música medieval y para entenderla en toda su complejidad. 




A quien esté interesado en este tipo de música, escuchar las grabaciones realizadas en la abadía de Solesmes, entre las que se destaca el Graduale romanum.



En cuanto a los primeros géneros que podemos enumerar y describir se encuentran:

La Salmodia

Es probablemente la forma más antigua de estructurar el material musical. Sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos. La dificultad de describir su evolución histórica radica en que se transmite eminentemente de forma oral.
Este género está estrechamente ligado al texto sagrado al que infunde vida, y normalmente se basa en un conjunto de voces. Se define por la sutil relación entre su registro (amplitud entre notas graves y agudas) y el carácter del que depende el sentido del texto.

El Aleluya

Es la forma latina modificada de la invocación hebraica "Alabad a Yahveh", una expresión muy antigua de jubilo y de alabanza a dios y aparece innumerables veces en los textos sagrados. Es tan fuerte su connotación festiva que, en el año 595, el papa Gregorio el Magno prohibió a sus diáconos cantarlo, ya que "tal explosión de entusiasmo" restaba dignidad a su posición... al parecer, el entusiasmo no era "digno".
La forma más primitiva se presenta como una manifestación colectiva inscrita bajo el signo de la aclamación de júbilo. Su forma es elemental: AB. La parte A está tradicionalmente formada por el aleluya propiamente dicho, y el Jubilus caracterizado por un alargamiento de la vocalización. La parte B está construída por un versículo adornado a su vez por una vocalización. Un ejemplo:


La Antífona

En la Antífona primitiva se alternan dos coros. Más tarde, esta denominación va a referirse a una pieza melódica cantada antes y después de los salmos, en la que se repite un versículo de ese salmo o parte de él. 
Compuesta para la asamblea de fieles, la antífona, que sigue siendo ante todo un marco de recitación salmódica, evoluciona hacia un registro muy restringido (no sobrepasa las seis notas). Un ejemplo:




El Tracto

Durante la cuaresma (cuarenta días previos a la semana santa) se reemplaza el Aleluyua, que precede a la lectura del Evangelio, por el Tracto. Es el encargado de transmitir a los fieles la trascendencia de un momento tan fundamental del año litúrgico.
Este formato está caracterizado por dos coros que cantan alternativamente. En él se encadena una sucesión de versículos de un salmo, cada uno de los cuales se divide en dos partes. Por lo general, utiliza el octavo tono gregoriano (tetrardus plagal, final sol) y, con menos frecuencia, el segundo tono.


Responsorio

Aparte de la misa, la totalidad de la jornada litúrgica medieval (oficios nocturnos, diurnos y vespertinos) estaba dedicada a recitar salmos. El responsorio, al igual que la antífona, ocupaba un lugar privilegiado a la hora de encuadrar musicalmente esta actividad.
Está basado en el principio de alternancia entre un versículo de un salmo (B), adornado pero con una dicción próxima a la silábica, y el responsum o respuesta (A), con muchos más melismas. Tanto si es breve como prolijo, su estructura general es sencilla, basada en el esquema ternario ABA´y su desarrollo se caracteriza por la repetición de determinados elementos. Utiliza los ocho modos gregorianos.


La Secuencia

La secuencia, composición silábica en verso, designaba inicialmente cualquier manifestación de júbilo añadida. En el siglo IX, el monje Notker de la abadía suiza de Saint-Gall, atestigua la existencia de la secuencia, que se convertirá en una composición independiente en el siglo siguiente. Se compondrán miles de piezas de este tipo hasta el Concilio de Trento (1544 - 1563) en el que serán casi todas prohibidas para volver a la tradición gregoriana más pura.
La melodía de cada verso, a excepción del primero y el último, se repite dos veces: ABBCCD. A pesar de su continua y rápida evolución la secuencia permanecerá marcada por el silabismo, la cohesión formal y la elegancia expresiva.





El Tropo

Según el monje Notker (mencionado anteriormente), el tropo es, ante todo, un procedimiento aparecido en las abadías de Saint-Gall y Saint-Martial de Limoges a partir del siglo X. Dicho monje lo había adoptado en la segunda mitad del siglo IX para paliar su pérdida de memoria. consiste en introducir palabras sobre la larga vocalización del Aleluya y luego sobre todas las partes de la misa (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, etc), pero sólo una sílaba por nota. El Concilio de Trento (sí, otra vez) lo atacará ferozmente y acabará por eliminarlo de la liturgia.
El Tropo se destaca por su libertad. Al principio sólo incorpora adornos a la melodía ritual, y en especial a la del aleluya. Poco a poco se atreve a introducir textos nuevos sobre los fragmentos de melodías surgidas de la tradición paleocristiana. Como consecuencia lógica, el tropo terminará por inventarse su propio texto, su música y luego ambos, lo que permite considerarlo el primer género musical autónomo de la historia, el primero que puede especular con la música en sí sin tener cuenta la rígida tradición.



Por hoy llegamos hasta aquí. En la próxima entrega comenzaremos a ver qué ocurría fuera de la iglesia, con la llamada monodia profana.

Hasta la próxima.



No hay comentarios: