Sin perder el contexto medieval que ya hemos mencionado, y su tan característica forma de enfocarse en una sola nota a la vez: la Monodia; quiero resaltar este dato (no menor) en la historia de los géneros.
Mil años registrados de canto monódico. Una única linea melódica en el vasto universo del silencio o de un escueto acompañamiento instrumental, como hemos escuchado en los ejemplos anteriores. En mi opinión, el paso a la Polifonía, donde más de una nota comienza a jugar acompañando y/o en contrapunto con la melodía principal, sería semejante a comenzar a ver en colores luego de un milenio de este mundo en blanco y negro.
Claro que dependemos de los pocos y caóticos registros confiables de esta época. Quizás haya miles de obras distintas perdidas en el olvido por no haber sido escritas. Lo que se sabe es que Francia cobra cierta importancia en este papel histórico

Del siglo IX al XIII, la génesis del corpus musical polifónico es balbuceante y aleatoria. No sucede en una época de bonanza ni paz. Como bien hemos escuchado alguna vez, las guerras cruzadas que buscaban tomar el poder de la ciudad de Jerusalén (templo espiritual de varias religiones), involucraba a reyes, papas, nobles y plebeyos por igual. Los "puros" deseos de los nobles empujaban a familias enteras al hambre, la pobreza, la ignorancia; y de todas ellas podía sacarse provecho.

París brillaba como centro del arte y la cultura de la cristiandad. Las investigaciones musicales se dispersan entre los monasterios y las ciudades, evidenciando un desarrollo sin precedentes. Las frecuentes visitas de la familia Real a la universidad, otorgan este aire singular a una ciudad que sin saberlo se convertirá en el centro inicial de una práctica que llevará siglos de estudio y elaboración. La iglesia se concentra en hacer cada vez más majestuosas sus liturgias y procesiones, y las familias nobles a su vez, integraban la música a su cotidianidad. En este particular contexto va naciendo poco a poco la Escuela de Notre Dame y su legado llegará hasta nuestros días.
En el siglo XIII, el período del Ars antiqua (literalmente, arte antiguo, llamado así por oposición al Ars nova que surgió en el siglo siguiente) está marcado por el nacimiento y desarrollo de géneros musicales nuevos y una novedosa forma de escritura musical, la notación mensural.
Renovó la antigua notación Modal y mejoró la codificación de ritmos más precisos |
Organum
Es quizás el intento más antiguo, incluso antes del siglo XI, de romper con un milenio de costumbre monódica. Alcanza su plenitud en el seno de la Escuela de Notre Dame de Paris con compositores como Léotin y Pérotin aunque pronto sería eclipsado por otro género novedoso.
En su fase inicial comienza con balbuceos. Sobre un fragmento de cantus firmus (o voz fija, principal) se incorpora una voz organal, el duplum (o doble) evolucionando en paralelo, a una distancia de una cuarta o una quinta, nota contra nota (punctum contra punctum, de ahí el término "Contrapunto"). Se produce un avance significativo cuando la voz organal parte de la misma nota que la voz principal, se separa de ella hasta una cuarta, evoluciona en paralelo, para luego volver a juntarse en el momento final.

En el siglo XII la voz organal renuncia al paralelismo, se despega de la voz principal (convirtiéndose en Tenor) y se enriquece probablemente con adornos improvisados. Con la escuela de Notre Dame del siglo XII, este género alcanzó su máxima expresión, en especial en cuanto a su libertad ornamental y variedad rítmica que permiten hablar de una verdadera invención musical.
Magnus Lieber organi (Léonin)
Viderunt omnes (Pérotin)
Sederunt principes (Pérotin entre 1198 y 1199)
Gymel
Su nombre deriva del latín cantus germellus (canto gemelo). Es característico de la música inglesa del siglo XII donde tuvo auge hasta que si impusieron los gustos franceses. Reapareció en los siglos XIV y XV bajo el nombre de "falso bordón" o "fobardón" y desaparece a mediados del siglo XV a la muerte de John Dunstable.
En este género se superponen dos melodías a un intervalo de tercera o de sexta, intervalo que los compositores franceses consideraron una consonancia imperfecta. Esta es la principal diferencia con el organum con el que tiene muchas similitudes formales. En el Gymel, la melodía principal o cantus firmus está acompañada por la tercera inferior. Es decir, por ejemplo, para un FA de la melodía, el bajo interpreta un RE. El paso de este RE por encima del FA crea el intervalo de sexta.
Veni creator spiritus (John Dunstable)
Conductus
Originalmente ideado para acompañar al sacerdote al altar, quizás sea mucho más antiguo. En los siglos XIII y XIV se asociará por su libertad conceptual con diversas ceremonias e influirá en diversos géneros profanos, sobre todo en la canción.
Es una composición a una o varias voces, todas inventadas, es decir, no extraídas del repertorio litúrgico tradicional. Escrito a dos o tres voces a partir de la escuela de Notre Dame, se caracteriza por su libertad inventiva, lejos de las cortapisas litúrgicas, y or la claridad del texto en latín, debida a la escritura vertical, puesto que las diversas voces pronuncian las mismas palabras a la vez.
Motete
Además de ser el género más importante de esta sección, representa el procedimiento más audaz por el que la música medieval se emancipa.
Philippe de Vitry
Comenzando el siglo XIII apareció como un tropo de organum, en el que se superponía un fragmento de voz principal y una melodía inventada con un texto independiente, el motetus. A este ultimo se le añade una segunda voz inventada, el triplum. En el motete medieval los instrumentos podía sustituir las voces de formas muy diferentes. En términos generales, se caracteriza por la coexistencia de lo sagrado y lo profano, la coincidencia del latín y de la lengua vulgar; y la superposición de varias melodías y textos (dos en el motete doble, tres en el motete triple y cuatro en el cuádruple). Esta gran libertad se encuentra modulada por las reglas de la superposición sonora sin que aún se pueda hablara de acordes.
Guillaume Dufay- Salve flos Tusce
Es muy probable que el temor al desorden incitara a los polifonistas de esta época a cultivar nuevos parámetros estructurales, entre los que se encuentra la isorritmia, es decir, el mismo patrón rítmico para las distintas melodías. Sobre todo en el siglo XV se desarrolló la escritura en cuatro partes (dos voces inferiores, es decir tenor y contratenor, probablemente confiadas a los instrumentos, y dos voces superiores más ligeras llamadas motetus y triplum).
Llega a su apogeo en este mismo siglo en el que el motete es utilizado por los mejores compositores para los oficios litúrgicos. En siglos posteriores se convertirá en un género más instrumental.
Orlando di Lasso - Justorum animae
Josquin Desprez - Abasalon, fili mi
Giovanini Pierluigi da Palestrina - Super flumina Babylonis
Fuente principal: "Los géneros musicales" (Gérard Denizeau, Robinbook 2002)
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